Tipos de compresión:
* Compresión con pérdida: Este tipo de compresión elimina permanentemente algunos datos de la imagen para reducir su tamaño. Se usa ampliamente para imágenes, especialmente en línea, ya que logra una reducción significativa del tamaño del archivo mientras mantiene una calidad visual aceptable. Los ejemplos incluyen:
* JPEG (grupo conjunto de expertos fotográficos): El formato más común para la fotografía digital. Utiliza algoritmos complejos para descartar información menos crítica, lo que resulta en artefactos de compresión notables (áreas en bloque, bordes borrosos) a altos niveles de compresión.
* webp: Un formato más nuevo desarrollado por Google, que ofrece mejores relaciones de compresión que JPEG mientras preserva la calidad.
* Compresión sin pérdidas: Este tipo de compresión no descarta ningún dato, sino que encuentra patrones en la imagen para representarlo de manera más eficiente. Mantiene la calidad de imagen perfecta, pero generalmente logra reducciones más pequeñas en el tamaño del archivo en comparación con la compresión con pérdida. Los ejemplos incluyen:
* PNG (gráficos de red portátiles): Comúnmente utilizado para gráficos e imágenes web con bordes y texto afilados.
* tiff (formato de archivo de imagen etiquetado): A menudo se usa para imágenes de alta calidad en entornos profesionales, lo que respalda una amplia gama de profundidades de color y métodos de compresión.
Cómo la compresión afecta las imágenes:
* Tamaño del archivo: La compresión reduce directamente el tamaño de una imagen, lo que facilita la almacenamiento, transmitir y cargar en línea.
* Calidad de imagen:
* Lossy: Los niveles de compresión más altos dan como resultado archivos más pequeños, pero también artefactos más notables y una calidad general más bajas.
* sin pérdida: Sin degradación en la calidad de la imagen, pero menos efectiva para reducir el tamaño del archivo.
* Detalle y nitidez: La alta compresión en formatos con pérdida puede conducir a la pérdida de detalles y nitidez, particularmente en áreas con altas texturas de contraste o intrincados.
* Precisión del color: Dependiendo del algoritmo de compresión, pueden ocurrir ligeros cambios de color o variaciones.
* Tiempo de procesamiento: Las imágenes comprimidas requieren menos potencia de procesamiento para mostrar y manipular, haciéndolas más eficientes para la navegación web y otras aplicaciones.
Elegir la compresión correcta:
El método de compresión ideal depende del uso previsto de la imagen:
* Imágenes web: Se prefieren JPEG o WebP debido a sus pequeños tamaños de archivo, adecuados para una carga rápida.
* Impresión o imágenes de alta calidad: Los formatos sin pérdidas como PNG o TIFF son mejores para preservar los detalles y la precisión del color.
* Imágenes con texto o bordes afilados: PNG o TIFF generalmente se prefieren para mantener la nitidez.
Artifactos de compresión:
Estas son imperfecciones visuales causadas por la compresión con pérdida, como:
* Bloquedad: Bloques cuadrados que aparecen en áreas con gradientes lisos.
* desenfoque: Pérdida de detalles finos y nitidez, particularmente en áreas de alto contraste.
* Patrones Moiré: Patrones de interferencia que aparecen en áreas con texturas repetitivas.
* bandas de color: Las transiciones de color graduales se dividen en bandas distintas.
Calidad y tamaño de equilibrio:
La clave es encontrar el saldo correcto entre el tamaño del archivo y la calidad de la imagen. Si está trabajando con imágenes para fines en línea, un buen nivel de compresión en JPEG o WebP puede lograr una reducción significativa del tamaño del archivo sin afectar notablemente la calidad visual. Para impresiones de alta calidad o trabajo profesional, es mejor usar formatos sin pérdidas como PNG o TIFF para preservar el máximo detalle y precisión.