* El contenido es el rey: No importa cuán bellamente diseñados sean sus diapositivas, si el contenido es débil, irrelevante o confuso, su presentación se caerá.
* Involucrar a su audiencia: El contenido convincente es lo que llama la atención de su audiencia, les hace pensar y les ayuda a recordar su mensaje.
* Apoyando su mensaje: Las imágenes deben mejorar y apoyar su contenido, no eclipsarlo.
* Acción de conducción: En última instancia, el objetivo de la mayoría de las presentaciones es inspirar algún tipo de acción. Esto se logra a través de contenido persuasivo e informativo.
Aquí hay un desglose de por qué tanto el contenido como la colocación son vitales y cómo funcionan juntos:
* Contenido:
* Claridad: ¿Su mensaje es claro, conciso y fácil de entender?
* Relevancia: ¿Su contenido resuena con su audiencia y sus necesidades?
* precisión: ¿Es la información que presenta fáctica y confiable?
* narración de historias: ¿Su presentación cuenta una historia convincente que mantiene a la audiencia comprometida?
* Colocación:
* Jerarquía visual: ¿La colocación de sus medios guía el ojo de la audiencia a la información más importante?
* Balance y composición: ¿Se colocan las imágenes y el texto de una manera equilibrada y visualmente atractiva?
* flujo y legibilidad: ¿La colocación de elementos crea un flujo de información claro y lógico?
* énfasis: ¿Se resaltan los puntos clave y se les da el peso visual apropiado?
En conclusión:
Piense en una presentación visual como una casa. La colocación de los medios es como la arquitectura, asegurando que todo esté estructurado y estéticamente agradable. Sin embargo, el contenido es la base, las paredes y el techo, los elementos esenciales que dan el propósito y el significado de la estructura.