El concepto de "presentación de uno mismo" fue introducido por primera vez por el sociólogo Erving Goffman en su libro homónimo de 1959. Goffman argumentó que las personas están constantemente involucradas en un proceso de gestión de su autopresentación para crear una impresión deseada en los demás. Este proceso puede ser consciente o inconsciente e involucra una variedad de factores como nuestra vestimenta, nuestro lenguaje corporal y nuestra comunicación verbal.
Goffman identificó tres tipos principales de presentación de uno mismo:
* El yo ideal es la persona que nos gustaría ser.
* El yo social es la persona que presentamos a los demás en nuestras interacciones cotidianas.
* El verdadero yo Es la persona que somos cuando estamos solos y no nos preocupamos de cómo nos perciben los demás.
Goffman argumentó que las personas negociamos constantemente entre estos tres yoes diferentes y que nuestra autopresentación cambia constantemente según el contexto social. Por ejemplo, podríamos presentarnos de manera diferente en el trabajo que en casa, y podríamos presentarnos de manera diferente ante nuestros amigos que ante nuestros padres.
La presentación de uno mismo es un proceso complejo y multifacético, pero es una parte importante de nuestra vida cotidiana. Al comprender las diferentes formas en que nos presentamos, podemos obtener una mayor comprensión de nosotros mismos y de nuestras interacciones con los demás.
A continuación se muestran algunos ejemplos de cómo las personas se presentan en la vida cotidiana:
* Un estudiante puede vestirse profesionalmente para una entrevista de trabajo con el fin de crear una buena impresión.
* Un político puede utilizar un lenguaje y un lenguaje corporal cuidadosamente elaborados para parecer seguro y digno de confianza durante un discurso.
* Un vendedor puede utilizar el encanto y el carisma para establecer relaciones con los clientes y vender productos.
En cada uno de estos casos, el individuo está gestionando consciente o inconscientemente su autopresentación para lograr un objetivo deseado. Al comprender las diferentes formas en que nos presentamos, podemos obtener una mayor comprensión de nosotros mismos y de nuestras interacciones con los demás.