Los valores disponibles para la venta normalmente se compran y mantienen con fines de inversión, pero pueden venderse si cambian las condiciones del mercado. Por lo general, son títulos de deuda, como bonos corporativos o bonos del Tesoro, pero también pueden incluir títulos de renta variable, como acciones ordinarias.
La principal diferencia entre los valores disponibles para la venta y los valores mantenidos hasta el vencimiento es que los valores disponibles para la venta se pueden vender, mientras que los valores mantenidos hasta el vencimiento deben conservarse hasta el vencimiento. Esta diferencia en el tratamiento contable se debe a que los valores disponibles para la venta se consideran más líquidos que los valores mantenidos hasta el vencimiento.
Los valores disponibles para la venta también se diferencian de los valores negociables, que se contabilizan a su valor razonable en el balance y las ganancias y pérdidas realizadas se contabilizan en el estado de resultados. Los valores comerciales normalmente se compran y venden con frecuencia y no se conservan con fines de inversión.
El tratamiento contable de los valores disponibles para la venta puede ser complejo y es importante consultar con un asesor financiero o un contador si está considerando invertir en este tipo de valores.