1. Reducción de la pobreza:Los programas de TMC tienen como objetivo reducir la pobreza transfiriendo dinero directamente a los hogares pobres, mejorando su bienestar económico y permitiéndoles satisfacer sus necesidades básicas.
2. Educación y salud:las TMC a menudo se centran en mejorar los resultados de educación y salud. Las condiciones adjuntas a las subvenciones en efectivo garantizan que los niños asistan regularmente a la escuela y reciban la atención sanitaria necesaria.
3. Desarrollo del capital humano:Al promover la educación y la salud, los programas de TMC invierten en el desarrollo del capital humano. Esta inversión puede tener beneficios a largo plazo para las personas, las familias y la economía en general.
4. Empoderamiento:Las TMC empoderan a las familias vulnerables brindándoles recursos financieros y fomentando comportamientos responsables relacionados con el bienestar infantil. Esto puede conducir a una mayor autoestima y poder de toma de decisiones dentro de los hogares.
5. Mejora de la nutrición:algunos programas de TMC apuntan específicamente a mejorar la nutrición proporcionando transferencias de efectivo condicionadas al cumplimiento de ciertos hitos nutricionales para los niños.
6. Igualdad de género:Los programas de TMC pueden promover la igualdad de género al incentivar la educación de las niñas y empoderar a las mujeres dentro de los hogares.
7. Rentabilidad:Las TMC pueden ser relativamente rentables a la hora de brindar asistencia en efectivo, ya que se adaptan a condiciones específicas y monitorean de cerca el cumplimiento de esas condiciones.
8. Responsabilidad:La naturaleza condicional de las subvenciones en efectivo garantiza la rendición de cuentas y fomenta comportamientos específicos que se alinean con los objetivos del programa.
Se han implementado programas de TMC en varios países alrededor del mundo, logrando resultados mixtos. El impacto general de un programa de TMC depende de factores como su diseño, focalización, implementación y el contexto específico en el que opera.