1. Optimización del código de máquina: Los compiladores pueden generar instrucciones de código de máquina optimizadas adaptadas a la arquitectura de hardware específica de la máquina de destino. Esta optimización conduce a una mejor programación de instrucciones, asignación de registros y eficiencia general del código.
2. Acceso directo a la memoria: El código compilado puede acceder directamente a la memoria, lo que permite operaciones de recuperación y almacenamiento de datos más rápidas. Por el contrario, el software interpretado a menudo se basa en representaciones intermedias, lo que añade una capa adicional de direccionamiento indirecto e introduce una sobrecarga en el tiempo de ejecución.
3. Preprocesamiento: Los compiladores analizan y preprocesan el código fuente antes de su ejecución. Esto implica verificar tipos, resolver dependencias y realizar optimizaciones sintácticas. Como resultado, el código compilado es más conciso y el procesador puede ejecutarlo de manera más eficiente.
4. Ejecución nativa: El software compilado se ejecuta de forma nativa en la plataforma de destino sin necesidad de un intérprete o máquina virtual adicional. Esto elimina la sobrecarga de rendimiento asociada con la interpretación y la gestión del entorno de ejecución.
5. Gestión eficiente de recursos: Los compiladores realizan tareas de gestión de recursos, como la asignación y desasignación de memoria, durante el tiempo de compilación. Esto reduce la sobrecarga dinámica y permite que el código se ejecute de manera más eficiente en tiempo de ejecución.
6. Tamaño de programa más pequeño: El código compilado generalmente produce programas de menor tamaño en comparación con el código interpretado. Este tamaño compacto conduce a tiempos de carga más rápidos y una utilización de la memoria más eficiente.
Como resultado de estos factores, el software compilado normalmente presenta un mejor rendimiento, eficiencia de memoria y velocidad de ejecución en comparación con el software interpretado.