Modelo de datos: El modelo de datos determina cómo se representan y organizan los datos en una base de datos. Proporciona un marco para crear, gestionar y acceder a datos. Los dos tipos principales de modelos de datos son relacionales y no relacionales.
Idioma de consulta: El lenguaje de consulta es el lenguaje utilizado para interactuar con la base de datos y recuperar datos. Debe ser fácil de usar, expresivo y eficiente. El lenguaje de consulta más común es SQL (lenguaje de consulta estructurado).
Rendimiento: El rendimiento del DBMS es un factor crítico en su selección. El DBMS debería poder manejar grandes cantidades de datos y procesar consultas de manera eficiente. El rendimiento se puede medir en términos de rendimiento, latencia y escalabilidad.
Fiabilidad: El DBMS debe ser confiable y capaz de proteger los datos contra pérdidas o daños. Debería proporcionar funciones como copia de seguridad, recuperación y redundancia de datos.
Seguridad: El DBMS debe proporcionar mecanismos de seguridad para proteger los datos del acceso no autorizado. Estos mecanismos incluyen autenticación de usuario, control de acceso y cifrado.
Usabilidad: El DBMS debe ser fácil de usar tanto para los administradores como para los usuarios. Debe proporcionar documentación e interfaces de usuario intuitivas.
Escalabilidad: El DBMS debería poder escalarse para admitir una cantidad cada vez mayor de datos y usuarios. Debería poder manejar cantidades cada vez mayores de datos sin comprometer el rendimiento.
Interoperabilidad: El DBMS debería poder interoperar con otros sistemas, como sistemas operativos, aplicaciones y otras bases de datos. Debería admitir protocolos y formatos de datos estándar de la industria.
Soporte de proveedores: La calidad del soporte del proveedor es importante en la selección de un DBMS. El proveedor debe proporcionar documentación integral, capacitación y servicios de soporte.