Acceso secuencial versus aleatorio: SQLite utiliza un formato estructurado que permite el acceso indexado a los datos, lo que permite una recuperación más rápida de información específica. Los archivos CSV, por otro lado, requieren un escaneo secuencial para encontrar los datos deseados, lo que puede ser más lento.
Consultas indexadas: SQLite admite índices, lo que puede acelerar significativamente la recuperación de datos según criterios específicos. Los índices permiten a SQLite localizar datos rápidamente sin tener que escanear todo el archivo. Los archivos CSV no tienen índices, por lo que las consultas requieren escanear el archivo completo.
Rendimiento de escritura: SQLite permite operaciones de escritura eficientes, incluidas inserciones y actualizaciones por lotes. Los archivos CSV requieren operaciones de escritura individuales para cada registro, lo que puede ser más lento, especialmente para conjuntos de datos grandes.
Tipos de datos e integridad: SQLite admite varios tipos de datos y garantiza la integridad de los datos al imponer restricciones y reglas de validación de datos. Los archivos CSV, por otro lado, tienen tipos de datos limitados y no imponen controles de integridad de los datos, lo que puede provocar inconsistencias y errores en los datos.
Acceso multiusuario: SQLite puede manejar el acceso simultáneo de múltiples usuarios, lo que lo hace adecuado para bases de datos compartidas. Los archivos CSV no están diseñados para el acceso de múltiples usuarios y las modificaciones simultáneas pueden provocar daños en los datos.
Si bien los archivos CSV son simples y a menudo útiles para el intercambio de datos, SQLite ofrece mejor rendimiento y flexibilidad para almacenar y administrar datos estructurados. Si necesita operaciones rápidas de lectura y escritura, indexación de datos, soporte multiusuario e integridad de datos, SQLite suele ser la opción preferida. Sin embargo, si su principal preocupación es la portabilidad y simplicidad de los datos, los archivos CSV pueden ser suficientes.