Los aspectos y objetivos clave de un sistema de gestión del desempeño incluyen:
- Alineación de objetivos: Asegurar que las metas individuales de los empleados estén alineadas con los objetivos estratégicos de la organización.
- Comentarios y desarrollo: Proporcionar retroalimentación periódica a los empleados sobre su desempeño e identificar áreas de mejora y desarrollo.
- Valoración: Realizar evaluaciones de desempeño para evaluar y documentar formalmente el desempeño de los empleados con base en criterios predeterminados.
- Incentivos y recompensas: Vincular las evaluaciones de desempeño con incentivos, compensación y sistemas de recompensa para reconocer y fomentar altos niveles de desempeño.
- Comunicación continua: Establecer una cultura de comunicación continua entre gerentes y empleados sobre las expectativas de desempeño, el progreso y las oportunidades de desarrollo.
- Equidad y transparencia: Diseñar e implementar el sistema de manera justa y transparente, comunicando claramente las expectativas y criterios de desempeño a los empleados.
- Crecimiento de empleados: Fomentar una cultura de desarrollo personal y empoderar a los empleados para que se apropien de la mejora de su desempeño.
- Mejora del rendimiento: Identificar empleados con bajo desempeño e iniciar planes de desarrollo apropiados o acciones correctivas para mejorar su desempeño o abordar problemas de desempeño.
En general, un sistema de gestión del desempeño bien diseñado tiene como objetivo impulsar el éxito individual y organizacional fomentando una cultura de alto desempeño, motivando a los empleados y asegurando que la fuerza laboral posea las habilidades, competencias y motivación necesarias para lograr objetivos organizacionales compartidos.