Cuando un programa se está ejecutando, se encuentra en un estado volátil, donde los datos se procesan y la memoria se utiliza dinámicamente. Guardar el programa en este estado daría como resultado una versión inconsistente y potencialmente corrupta del programa.
Para guardar un programa es necesario detener la ejecución y entrar en modo edición o desarrollo. Esto permite al programador realizar cambios en el código fuente, guardar los cambios y luego recompilar y ejecutar el programa.