1. Centrarse en el proceso de aprendizaje:
La evaluación se centra en el aprendizaje y desarrollo continuo del alumno, no sólo en el resultado final. Evalúa cómo los alumnos abordan las tareas, recopilan y utilizan información, resuelven problemas y demuestran su comprensión.
2. Tareas auténticas:
Las evaluaciones orientadas a procesos utilizan tareas significativas del mundo real con las que los alumnos pueden identificarse y aplicar sus conocimientos y habilidades. Estas tareas suelen implicar la resolución de problemas, la toma de decisiones y el pensamiento creativo.
3. Observación y Documentación:
El proceso de evaluación implica observar a los alumnos mientras realizan tareas y documentar sus acciones, estrategias y procesos de pensamiento. Esta observación continua proporciona información sobre su trayectoria de aprendizaje.
4. Práctica reflexiva:
Se anima a los alumnos a reflexionar sobre su proceso de aprendizaje y su desempeño. Esta reflexión les ayuda a tomar conciencia de sus puntos fuertes y áreas de mejora y fomenta el aprendizaje autodirigido.
5. Comentarios y entrenamiento:
Los resultados de la evaluación se utilizan para proporcionar retroalimentación oportuna a estudiantes y educadores. La atención se centra en utilizar la retroalimentación para informar el aprendizaje futuro y respaldar la mejora continua en lugar de asignar calificaciones o evaluaciones.
6. Múltiples métodos de evaluación:
Las evaluaciones orientadas a procesos a menudo emplean una variedad de métodos, como portafolios, diarios de aprendizaje, mapas conceptuales, presentaciones y productos auténticos, para capturar diferentes aspectos del proceso de aprendizaje.
7. Colaboración y evaluación entre pares:
Se fomenta la colaboración y la evaluación entre pares como parte del proceso de evaluación. Los alumnos pueden aprender unos de otros, proporcionar retroalimentación y desarrollar habilidades metacognitivas al evaluar el trabajo de sus compañeros.
8. Énfasis en crecimiento y progreso:
El objetivo es seguir el progreso y el crecimiento de los alumnos a lo largo del tiempo en lugar de emitir un juicio único al final de un período de aprendizaje. Esto permite a los educadores ajustar la instrucción y brindar apoyo específico.
9. Participación de los estudiantes en la evaluación:
Los alumnos participan en el proceso de evaluación estableciendo objetivos, seleccionando tareas y reflexionando sobre su aprendizaje. Esto promueve la propiedad y la agencia en su aprendizaje.
10. Contextos auténticos:
Las evaluaciones se sitúan en contextos auténticos que se asemejan a situaciones de la vida real, lo que hace que el aprendizaje sea más significativo y transferible a diferentes entornos.
11. Documentación y Portafolios:
Las evaluaciones bien diseñadas y orientadas a procesos a menudo implican el uso de portafolios o documentación para mostrar el trabajo de los alumnos a lo largo del tiempo y demostrar su viaje de aprendizaje.
Al enfatizar el proceso de aprendizaje y proporcionar retroalimentación para la mejora continua, la evaluación del desempeño orientada a procesos promueve un aprendizaje más profundo, la autoconciencia y la metacognición en los alumnos. Este enfoque se alinea bien con las filosofías educativas modernas que se centran en el desarrollo de habilidades y competencias de aprendizaje permanente.