Depende de la complejidad y las características del software de la aplicación, así como del sistema operativo y otro software que se ejecute en el sistema. Para tareas básicas de procesamiento de textos, 4 GB de RAM suelen ser suficientes. Sin embargo, si el software incluye funciones avanzadas como edición de imágenes o formato complejo, o si se ejecutan varios programas simultáneamente, es posible que se necesiten 8 GB o más de RAM.