Ser una corporación global o una empresa transnacional tiene muchas ventajas. Por ejemplo, estas empresas pueden acceder a un grupo más grande de clientes y recursos. También pueden aprovechar las economías de escala y alcance, lo que puede conducir a menores costos y mayores ganancias. Además, estas empresas pueden distribuir su riesgo entre varios países, lo que puede ayudarlas a capear las crisis económicas.
Sin embargo, también existen algunos desafíos asociados con ser una corporación global o una empresa transnacional. Por ejemplo, estas empresas pueden ser más complejas de gestionar y pueden estar sujetas a diferentes regulaciones en diferentes países. Además, estas empresas pueden enfrentar desafíos relacionados con diferencias culturales y barreras lingüísticas.
En general, la decisión de convertirse o no en una corporación global o una empresa transnacional es compleja. Hay muchos factores a considerar, incluido el tamaño de la empresa, la industria en la que opera y los objetivos de la empresa.