Para juegos casuales con una resolución de 1080p y configuraciones medias, una tarjeta gráfica con al menos 4 GB de memoria de video dedicada (VRAM) debería ser suficiente. Algunas opciones básicas en esta categoría incluyen AMD Radeon RX 570 o NVIDIA GeForce GTX 1650.
Para un juego fluido con una resolución de 1080p y configuraciones altas, se recomienda una tarjeta gráfica con 6 GB de VRAM. Tarjetas como AMD Radeon RX 5600 XT o NVIDIA GeForce GTX 1660 Ti pueden manejar la mayoría de los juegos con esta configuración.
Para jugar con una resolución de 1440p, se requiere una tarjeta gráfica más potente. Una tarjeta VRAM de 8 GB, como AMD Radeon RX 5700 XT o NVIDIA GeForce RTX 2060, puede proporcionar un buen rendimiento a esta resolución con configuraciones altas.
Los juegos 4K exigen las tarjetas gráficas más potentes. Para mantener velocidades de fotogramas estables mientras juegas en 4K, busca una tarjeta con al menos 8 GB de VRAM y rendimiento de alta gama. Algunos ejemplos incluyen AMD Radeon RX 6800 XT o NVIDIA GeForce RTX 3070.
Recuerde que estas recomendaciones se basan en los requisitos y puntos de referencia de juegos actuales y pueden cambiar con el tiempo a medida que surjan nuevos juegos y tecnologías. Además, la selección de otros componentes en la configuración de su PC, como la CPU, la RAM y el almacenamiento, también puede afectar la experiencia de juego general. Por lo tanto, considere detenidamente e investigue tanto los juegos elegidos como la compatibilidad del sistema antes de finalizar la selección de su tarjeta gráfica.