1. Análisis y definición de requisitos: Esta es la base de todo el proceso de diseño. Implica:
* Comprender el problema: ¿Qué necesita lograr el software? ¿Cuáles son las necesidades y expectativas del usuario?
* Definición del alcance: ¿Qué características se incluirán y qué se excluirán?
* Creación de especificaciones: Documentar los requisitos de una manera clara e inequívoca.
* Requisitos de validación: Asegurar que los requisitos sean completos, consistentes y alcanzables.
2. Diseño del sistema: Aquí es donde traduce los requisitos en un plan de alto nivel del software:
* Diseño arquitectónico: Decidir sobre la estructura general del sistema, incluidos los componentes, los módulos y sus interacciones.
* Diseño de datos: Definición de las estructuras de datos, bases de datos y flujo de datos dentro del sistema.
* Diseño de la interfaz: Especificar cómo los usuarios interactuarán con el software, incluidas las interfaces de usuario, las API y los protocolos de comunicación.
* Diseño de componentes: Desglosar el sistema en componentes más pequeños y manejables y definir sus funcionalidades e interacciones.
Estas dos actividades forman la columna vertebral del diseño de software. Sin embargo, otras actividades cruciales están entrelazadas:
* Modelado de software: Creación de representaciones visuales (diagramas, diagramas de flujo, etc.) para comprender y comunicar el diseño.
* Prueba y evaluación: Evaluar el diseño a lo largo del proceso e identificar posibles problemas.
* Implementación: Transformando el diseño en código real.
* Implementación y mantenimiento: Asegurar que el software se implementa y mantenga con éxito con el tiempo.
Es importante recordar que estas actividades son iterativas e interconectadas, no pasos aislados. Se construyen entre sí, con bucles de retroalimentación en todo el proceso de diseño.