1. Pequeño progreso iterativo:
En lugar de trabajar en extensos ciclos de desarrollo tradicionales, los equipos ágiles trabajan en iteraciones cortas o "sprints". Los sprints suelen durar de una a tres semanas y cada sprint se centra en ofrecer incrementos específicos de software funcional.
2. Equipos colaborativos y multifuncionales:
Los equipos ágiles están formados por profesionales con diferentes habilidades y responsabilidades, lo que promueve la colaboración multifuncional. Los desarrolladores, evaluadores, diseñadores, propietarios de productos y partes interesadas participan activamente en reuniones y debates para garantizar una comprensión compartida de los requisitos y prioridades.
3. Bucles de retroalimentación continua:
La retroalimentación periódica y continua es esencial. Los equipos incorporan las aportaciones de los clientes y las partes interesadas desde el principio y con frecuencia durante todo el proceso de desarrollo. Los entornos ágiles fomentan ajustes y mejoras rápidos basados en esta retroalimentación.
4. Priorización y adaptabilidad:
Uno de los principios fundamentales de Agile es priorizar tareas y funciones en función de su valor e impacto. Con agilidad, los equipos pueden adaptarse fácilmente a los requisitos cambiantes, las prioridades cambiantes y las tecnologías emergentes.
5. Transparencia y comunicación abierta:
La transparencia es vital. Los miembros del equipo comparten abiertamente el progreso, los desafíos y los planes. Las reuniones diarias, en las que los miembros del equipo se actualizan mutuamente sobre sus tareas y su progreso, son una práctica común.
6. Desarrollo rápido y adaptativo:
Los equipos ágiles utilizan metodologías de desarrollo incrementales e iterativas, lo que les permite probar, integrar y entregar incrementos de software funcional con frecuencia.
7. Desarrollo basado en pruebas:
Los equipos ágiles suelen emplear desarrollo basado en pruebas (TDD), donde se escriben pruebas automatizadas antes de implementar el código real. Este enfoque garantiza confiabilidad funcional y calidad durante todo el proceso de desarrollo.
8. Programación en pareja:
La programación en pareja es una técnica común en la que dos programadores colaboran en una única tarea de desarrollo. Esta práctica promueve el intercambio de conocimientos, la calidad del código y la resolución de problemas.
9. Mejora continua:
Las metodologías ágiles adoptan una cultura de mejora continua. Los equipos reflexionan periódicamente sobre sus procesos e identifican áreas de mejora. Por lo general, se celebran reuniones retrospectivas para evaluar qué salió bien y qué podría mejorarse en iteraciones pasadas.
10. Participación del cliente:
En un entorno ágil, los clientes y las partes interesadas participan activamente en el proceso de desarrollo. Proporcionan comentarios, ofrecen opiniones sobre los requisitos y priorizan las próximas tareas y funciones.
En esencia, un entorno ágil fomenta una cultura que valora la adaptabilidad, la comunicación y el progreso incremental, lo que permite a los equipos de desarrollo de software ofrecer software de alta calidad que satisfaga las necesidades cambiantes de los clientes.