Los orígenes de la criptografía se remontan a civilizaciones antiguas. Las primeras técnicas criptográficas se utilizaron principalmente con fines militares, como asegurar la comunicación entre los líderes militares y las tropas. Uno de los primeros usos conocidos de la criptografía fue en el antiguo Egipto, donde se utilizaban jeroglíficos para ocultar mensajes. Los antiguos griegos y romanos también utilizaron métodos criptográficos, incluido el cifrado César, que era un cifrado de sustitución que lleva el nombre de Julio César. En la Edad Media, la criptografía era practicada por eruditos islámicos, que hicieron importantes contribuciones en este campo, incluido el desarrollo de nuevas técnicas de cifrado y descifrado. El período del Renacimiento vio nuevos avances en criptografía, con el desarrollo de cifrados de sustitución polialfabética, como el cifrado de Vigenère.