En condiciones ideales de almacenamiento, un disquete podría retener datos durante varios años, posiblemente hasta una década. Sin embargo, en realidad, la vida útil media de un disquete es mucho más corta. Debido a factores como la degradación magnética, daños en el disco y las influencias ambientales, la mayoría de los disquetes de 3,5 pulgadas dejan de ser fiables al cabo de unos pocos años.
Para garantizar la longevidad de los datos almacenados en disquetes, es fundamental mantenerlos alejados de temperaturas extremas, humedad, polvo y campos magnéticos. Además, los discos deben almacenarse en estuches protectores y manipularse con cuidado para evitar daños. Sin embargo, vale la pena señalar que los disquetes son una tecnología obsoleta y no se debe confiar en ellos para el almacenamiento de datos a largo plazo. Para preservar datos importantes, se recomienda encarecidamente utilizar soluciones de almacenamiento más confiables y modernas, como discos duros externos, unidades de estado sólido (SSD) o almacenamiento en la nube.