1. Modelo Cascada:
El modelo en cascada es un proceso de desarrollo secuencial donde cada fase debe completarse antes de pasar a la siguiente. Consta de distintas etapas, como recopilación de requisitos, diseño, implementación, prueba e implementación.
2. Centrado en la documentación:
La gestión de software convencional pone un fuerte énfasis en la documentación completa. A menudo se requieren especificaciones detalladas, documentos de diseño, manuales de usuario y planes de prueba.
3. Control estricto de cambios:
Los cambios en los requisitos o especificaciones del software se consideran cuidadosamente y pueden requerir solicitudes y aprobaciones formales de cambios para minimizar las interrupciones en el proceso de desarrollo.
4. Planificación lineal:
Los planes de proyecto se crean utilizando métodos tradicionales como los diagramas de Gantt, que se centran en la progresión lineal y la gestión de dependencia entre tareas.
5. Toma de decisiones centralizada:
La autoridad para tomar decisiones normalmente se concentra en manos de altos directivos o líderes de proyectos, quienes toman decisiones basándose en estructuras jerárquicas.
6. Comunicación de arriba hacia abajo:
La comunicación a menudo fluye desde los gerentes y líderes de proyectos hasta los miembros del equipo, con menos énfasis en la colaboración horizontal y los circuitos de retroalimentación.
7. Metodologías rígidas:
Los enfoques convencionales a menudo se adhieren a metodologías predefinidas, como el Proceso Unificado Racional (RUP) o la Integración del Modelo de Madurez de Capacidad (CMMI), que proporcionan pautas y plantillas estándar para el desarrollo de software.
8. Adaptabilidad limitada:
La gestión de software convencional puede ser menos flexible a la hora de responder a requisitos cambiantes o tecnologías emergentes, ya que se basa en procesos y estructuras predefinidos.
9. Énfasis en la eficiencia:
La atención se centra a menudo en lograr eficiencia y optimizar la utilización de recursos, en lugar de fomentar la creatividad y la innovación.
10. Medición e informes:
La gestión de software convencional utiliza en gran medida métricas, informes y reuniones de estado para realizar un seguimiento del progreso y los resultados, pero es posible que estos no siempre capturen la verdadera salud del proyecto.
Es importante tener en cuenta que, si bien la gestión de software convencional puede proporcionar una estructura y un marco para gestionar proyectos, puede que no sea adecuada para todas las organizaciones o tipos de proyectos. Las metodologías ágiles, por ejemplo, han surgido como un enfoque alternativo que enfatiza la flexibilidad, la colaboración y la mejora continua. La elección del enfoque de gestión de software depende de varios factores, como el tamaño del proyecto, la complejidad, la cultura organizacional y las preferencias del equipo de desarrollo.