Cuando el cromo se calienta a cierta temperatura, se vuelve azul. Esto se debe a que los átomos de cromo del metal comienzan a vibrar más rápidamente, lo que hace que los electrones de los átomos se muevan a niveles de energía más altos. Este cambio en los niveles de energía hace que la luz reflejada por el metal cambie de color, de plateada a azul.