- Cifrado :Los virus pueden cifrarse a sí mismos o a sus componentes, lo que hace que sea más difícil para el software antivirus analizarlos y detectarlos.
- Polimorfismo :Los virus pueden modificarse a sí mismos o generar variantes para evitar ser detectados por soluciones antivirus basadas en firmas que coinciden con patrones o firmas específicas dentro del código malicioso.
- Técnicas de rootkit :Los virus pueden utilizar tecnologías rootkit para ocultar su presencia en el sistema infectado, modificando el sistema operativo o el registro para permanecer ocultos.
- Trucos anti-depuración y anti-análisis :Los virus pueden emplear mecanismos que impiden o dificultan la depuración y el análisis mediante herramientas de seguridad, lo que dificulta que los investigadores y analistas comprendan y analicen su funcionalidad.
- Explotación de vulnerabilidades en el software antivirus :Algunos virus pueden aprovechar las vulnerabilidades o debilidades del propio software antivirus, evitando la detección o interfiriendo con la funcionalidad del producto de seguridad.
Es importante tener en cuenta que estas técnicas no garantizan una protección completa contra el software antivirus, y la investigación y el desarrollo constantes por parte de los proveedores de seguridad ayudan a identificar y mitigar dichos comportamientos evasivos. El panorama de la ciberseguridad evoluciona constantemente, y el software antivirus y el malware sofisticado se adaptan y contrarrestan entre sí, lo que lo convierte en una carrera armamentista constante.