Sin lugar a dudas, Internet ha cambiado el mundo de muchas maneras, y la comunicación ha evolucionado, por lo que ya no está vinculada a los teléfonos domésticos o comerciales o al "correo postal". Hoy se trata de "ahora". Pero con la inmediatez adicional y los obvios beneficios que nos brinda la comunicación en línea, incluido el correo electrónico, la mensajería instantánea, la publicación en redes sociales y la videoconferencia, vienen algunos peligros reales. La gente ha lastimado a otros, ha sido llevada a los tribunales y declarada culpable, e incluso se suicidó debido a la comunicación en línea. Debes tener cuidado de cómo y con quién te comunicas en Internet si vas a mantenerte seguro.
Depredadores sexuales en línea
Debido a que la comunicación por Internet puede ser anónima, depredadores sexuales puede y utiliza Internet para acceder y preparar a las personas vulnerables con fines sexuales ilícitos. Los depredadores sexuales pueden afirmar que son de un género o edad que no lo son, desarrollando y fomentando relaciones poco realistas con las víctimas y, finalmente, convenciéndolas para que se conozcan en persona. Los niños y las mujeres son los objetivos más frecuentes, y los niños son especialmente vulnerables si sus comunicaciones en línea no son supervisadas por un adulto responsable.
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El mundo tiene muchas personas solitarias, ya que así como aquellos que son ingenuos o confían, y los estafadores y estafadores abundan en Internet buscándolos. Las personas mayores y aquellos que no están familiarizados con los peligros de Internet son especialmente vulnerables a ser buscados y engañados para que regalen dinero, a veces incluso sus ahorros de toda la vida, por estafadores que pretenden ser una persona confiable con una causa valiosa que necesita apoyo o alguien que necesita dinero desesperadamente. Los estafadores pueden reclamar cualquier cosa, por ejemplo, que ellos o un ser querido necesitan urgentemente una cirugía. Cuando una víctima da dinero, los estafadores encuentran más razones para pedir dinero, y continúan potencialmente hasta que la víctima se da cuenta o se arruina y el autor simplemente desaparece, para que nunca más se sepa de él.
Inmediatez y permanencia La comunicación por Internet es inmediata y con demasiada frecuencia permanente. Con muy pocas excepciones, después de enviar un correo electrónico que se envía, no puede recuperarlo. Responder un correo electrónico cuando las emociones son altas es a menudo un mal movimiento; Por lo general, es mejor enfriarse antes de responder. Los llamados "mensajes de texto borrachos", o comunicarse en línea cuando está bajo la influencia del alcohol, pueden significar que el remitente comunica cosas de las que se arrepiente una vez que está sobrio. El potencial para tales pasos en falso se agrava cuando se utiliza un foro público como una cuenta de Facebook o Twitter, donde varias personas o potencialmente cualquiera pueden ver la indiscreción. Además, los datos privados pueden verse comprometidos y utilizados en su contra. Muchas compañías han perdido casos judiciales debido a registros de correo electrónico que respaldan casos en su contra, y las personas han sido humilladas e incluso se han suicidado después de que sus comunicaciones en línea fueron utilizadas en su contra. Algunas personas moderan sus publicaciones y mensajes en línea al no hacer nada que no desearían que sus padres vieran.
Tono dudoso y falta de inflexión
Comunicación basada en texto como correo electrónico, mensajería instantánea y teléfono celular Los textos son particularmente vulnerables al hecho de que al texto le falta algún tipo de tono o inflexión, lo que dificulta juzgar cuándo alguien puede estar bromeando o es grave. Una frase tan simple como "¡Eres un idiota!" podría decirse con una sonrisa sardónica en persona para hacer evidente que la persona solo está bromeando, pero en un correo electrónico esa sonrisa no es necesariamente evidente, incluso si usa un emoticón apropiado para transmitir un guiño o una sonrisa. En general, es importante observar cómo dice las cosas a través del texto porque la persona que lo recibe solo lee caracteres de texto sin emociones, no sus expresiones faciales o el tono de su voz. Del mismo modo, no se apresure a llegar a una conclusión sobre lo que alguien más escribió sin verificar lo que significaba.
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