Durante la mayor parte del siglo XX, acceder a su biblioteca local era de muy baja tecnología. Le mostraste a un empleado tu tarjeta de la biblioteca. Sacó una tarjeta del reverso del libro, la selló con la fecha de vencimiento e hizo un registro de lo que pidió prestado. Ahora las bibliotecas confían en las computadoras para sacar libros y obstaculizar a los ladrones de libros.
Mira el Código de Barras. Algunas bibliotecas usan un escáner de código de barras para rastrear quién tiene qué libro. Cuando realiza el pago, el escáner dispara un rayo de luz roja en las barras de su tarjeta y en cada libro. El escáner lee el patrón de luz reflejada, lo convierte en una señal digital y envía los datos a las computadoras de la biblioteca, registrando lo que verificó y cuándo se debe devolver. Algunos teléfonos inteligentes tienen aplicaciones que registran el número de tarjeta de la biblioteca del propietario. Sin embargo, los escáneres de códigos de barras no pueden leer el patrón en una pantalla digital, por lo que la biblioteca necesita un escáner diferente para funcionar con las aplicaciones.
Acceso a la tecnología
El código de barras en su tarjeta también lo hace más simple para acceder a las computadoras de la biblioteca. Puede escanear su tarjeta o escribir el número en su tarjeta de biblioteca en el teclado de la computadora. Esto lo identifica como miembro de la biblioteca y realiza un seguimiento del tiempo que pasa en la computadora; muchas bibliotecas limitan el tiempo debido a la gran demanda. Algunas bibliotecas emiten tarjetas temporales para dar acceso a los visitantes o turistas a las computadoras.
Libros que desaparecen
La tecnología de identificación por radiofrecuencia va un paso más allá de los códigos de barras. Para sacar un libro con un microchip RFID, el bibliotecario lo coloca en un receptor. El receptor envía una señal al chip que responde con los datos de identificación del libro. Los chips RFID facilitan que los usuarios saquen libros ellos mismos. Los chips también funcionan como un dispositivo antirrobo. Los escáneres en las salidas de la biblioteca detectan chips que no han sido desactivados por el receptor y alertan al personal.
El inconveniente
El mayor inconveniente de las bibliotecas que se vuelven de alta tecnología a menudo es el costo. El condado de Washington de Oregón dice en su sitio web que establecer un sistema RFID cuesta aproximadamente $ 1.4 millones, aunque la mayor eficiencia del personal reduce los costos cada año; Aun así, algunos sistemas de bibliotecas más pequeños no pueden permitírselo. Un bibliotecario de Ohio dijo al "Columbus Dispatch" que a pesar de las pérdidas por robo, era más importante utilizar el presupuesto de la biblioteca para agregar libros a los estantes.
[¿Cómo funcionan los escáneres de seguridad de la biblioteca?] URL: http://www.ordenador.online/computadora/Impresora/243418.html