2. Condensación: Cuando el aire cálido y húmedo del interior de su casa se encuentra con la superficie fría de una ventana, se condensa y forma gotas de agua. La condensación excesiva puede ser un signo de aislamiento deficiente o sellos dañados, lo que lleva al reemplazo de la ventana.
3. Vidrio nublado o nublado: El vidrio nublado o nublado entre los cristales de la ventana significa una falla en el sello. La condensación se acumula dentro de la unidad sellada, lo que hace que pierda sus propiedades aislantes.
4. Dificultad Apertura/Cierre: Es posible que sea necesario reemplazar las ventanas que son difíciles de abrir, cerrar o pegar cuando se mueven. Esto podría deberse a marcos deformados, rieles desalineados o herrajes rotos.
5. Marcos podridos o dañados: Con el tiempo, los marcos de las ventanas de madera pueden pudrirse o dañarse por la humedad si no se mantienen adecuadamente. Compruebe si hay secciones del marco blandas, descoloridas o desmoronadas, ya que es posible que sea necesario reemplazarlas.
6. Eficiencia Energética: Si sus ventanas son de un solo panel o son ineficientes, es probable que dejen escapar calor valioso o que entren demasiado calor durante el verano. Las ventanas más nuevas y energéticamente eficientes podrían ser una inversión que valga la pena para ahorrar costos de energía.
7. Pintura exterior descascarada: La pintura descascarada alrededor de los marcos exteriores podría indicar daños por agua y pudrición debajo de la superficie.
8. Contaminación acústica: Es posible que las ventanas viejas e ineficientes no bloqueen suficientemente el ruido exterior. Las ventanas más nuevas con múltiples paneles y vidrio especializado pueden amortiguar los sonidos no deseados.
9. Atractivo estético: Si bien no son un aspecto funcional, es posible que las ventanas viejas y anticuadas no coincidan con el estilo arquitectónico de su hogar o no se ajusten a la estética deseada. Esto podría influir en su decisión de reemplazarlos.
10. Era de Windows: La mayoría de las ventanas tienen una vida útil típica de 15 a 20 años. Si ha pasado más tiempo, es posible que se produzca un deterioro notable de los sellos, los materiales y los herrajes.