Si bien así es generalmente como se mueven las ventanas abiertas en la mayoría de las interfaces gráficas de usuario (GUI) de escritorio, el proceso exacto puede variar ligeramente según el sistema operativo específico y el administrador de ventanas que se utilice. Por ejemplo, en algunos casos, es posible que sea necesario hacer doble clic en la barra de título antes de poder mover la ventana. Además, es posible que no todas las ventanas o aplicaciones admitan la capacidad de ser movidas.