Windows 11 introdujo nuevas especificaciones de hardware para un rendimiento óptimo, incluido un mínimo de 4 GB de RAM, 64 GB de almacenamiento y compatibilidad con DirectX 12 o posterior con controladores WDDM 2.0. Si su PC cumple o supera estos requisitos, es menos probable que tenga problemas de rendimiento. Sin embargo, las PC con componentes de hardware más antiguos, como CPU obsoletas o RAM limitada, pueden experimentar una desaceleración notable. En general, el impacto de Windows 11 en el rendimiento de su PC depende de la configuración específica de su hardware y de la optimización del sistema. Para minimizar las posibilidades de desaceleración, asegúrese de que su PC cumpla con los requisitos del sistema, actualice los controladores y los componentes de hardware si es necesario, desactive los programas y servicios de inicio innecesarios y realice tareas de mantenimiento periódicas, como limpieza del disco y análisis de virus. Además, considere instalar las últimas actualizaciones acumulativas para Windows 11, ya que Microsoft lanza continuamente actualizaciones que abordan problemas de rendimiento y optimizan el sistema operativo.