Asegúrese de tener una copia de seguridad de sus archivos y datos importantes.
Inserte el medio de instalación de Windows 8.1 o 7 (DVD o unidad USB).
Presione cualquier tecla cuando se le solicite iniciar desde el medio.
Siga las instrucciones que aparecen en pantalla para completar el proceso de instalación.
Durante la instalación, seleccione la opción "Instalación personalizada" o "Instalación avanzada".
Elija la partición donde está instalado Windows 10 y seleccione la opción para formatearla.
Nota: Formatear la partición borrará todos los datos que contiene, así que asegúrese de haber hecho una copia de seguridad de sus archivos de antemano.
Continúe con la instalación siguiendo las instrucciones en pantalla.
Una vez que se complete la instalación, habrá bajado exitosamente a Windows 8.1 o 7.
Tenga en cuenta que la degradación de Windows 10 a 8.1 o 7 es un proceso unidireccional y no podrá volver fácilmente a Windows 10 sin reinstalarlo nuevamente. Además, la degradación puede generar algunos problemas de incompatibilidad con cierto software o hardware diseñado específicamente para Windows 10.