* Arquitecturas diferentes: MacOS se ejecuta en procesadores Apple Silicon o Intel, mientras que Windows está diseñado principalmente para procesadores Intel/AMD (aunque ahora hay versiones para procesadores ARM). Las diferencias de hardware básicas evitan una conversión simple.
* Sistemas de archivos diferentes: MACOS utiliza sistemas de archivos HFS+ o APFS, mientras que Windows usa NTFS. Estos sistemas de archivos son incompatibles.
* Software diferente: MacOS y Windows tienen ecosistemas de software completamente diferentes. Las aplicaciones diseñadas para un sistema operativo no funcionarán en el otro.
Lo que puedes hacer en su lugar:
* Boot dual: Instale Windows junto con macOS en su Mac usando Boot Camp. Esto le permite elegir en qué sistema operativo iniciar al inicio.
* máquina virtual: Use un programa de virtualización como Parallels Desktop o VMware Fusion para ejecutar Windows dentro de una máquina virtual en su Mac. Esto le brinda la experiencia completa de Windows, pero el rendimiento puede ser un poco más lento en comparación con una instalación nativa.
* Reemplace el disco duro: Puede limpiar completamente el disco duro de su Mac e instalar Windows desde cero. Esto significaría perder sus datos de MacOS y requeriría una nueva licencia de Windows.
Consideraciones importantes:
* Compatibilidad de hardware: Antes de instalar Windows, asegúrese de que su modelo Mac sea compatible con la versión de Windows deseada. Verifique las especificaciones de Windows 10 u 11 para compatibilidad.
* Copia de seguridad de datos: Antes de realizar cambios importantes, cree una copia de seguridad de los datos de su Mac para protegerlo de la posible pérdida.
Recomendación:
Si necesita ejecutar MacOS y Windows, el arranque dual o el uso de una máquina virtual suele ser las mejores opciones.