Incompatibilidad con sistemas existentes: Linux no es compatible con todo el software de Windows y macOS, lo que puede causar problemas si una empresa necesita utilizar esas aplicaciones. Esto puede ser una barrera importante para la adopción, especialmente para organizaciones grandes con infraestructuras de TI complejas.
Preocupaciones de seguridad: Aunque Linux generalmente se considera más seguro que Windows y macOS, todavía existe la preocupación de que sea vulnerable al malware. Las empresas preocupadas por la seguridad de sus datos pueden mostrarse reacias a adoptar Linux en el escritorio.
Costo: Linux suele ser menos costoso que Windows, pero aun así puede representar una inversión importante para una empresa implementar y mantener un entorno de escritorio Linux. Esto puede ser especialmente cierto si una empresa necesita brindar soporte técnico a sus empleados o si necesita comprar software adicional para que Linux sea compatible con sus sistemas existentes.
Resistencia del usuario: Algunos usuarios pueden resistirse al cambio y es posible que no estén dispuestos a cambiar del sistema operativo con el que están familiarizados. Esto puede ser un obstáculo importante para las empresas que buscan implementar Linux en el escritorio, ya que puede generar una menor productividad y resistencia por parte de los empleados.
Falta de integración: Es posible que Linux no sea compatible con todos los sistemas existentes de una empresa, lo que puede dificultar su administración y soporte. Esto puede generar mayores costos e ineficiencias.
Dificultad de uso: Algunos usuarios pueden encontrar que Linux es más difícil de usar que Windows o macOS, lo que puede generar una menor productividad. Esto puede ser especialmente cierto para usuarios que no están familiarizados con Linux.