Mientras visitaba una fábrica textil en Manchester, Inglaterra, observó que en el proceso de tejido se utilizaban tarjetas perforadas para controlar los patrones de la tela. Babbage se inspiró en esta idea e imaginó una máquina que pudiera realizar cálculos utilizando principios similares.
Fue este concepto de utilizar tarjetas perforadas para almacenar y procesar información el que se convirtió en un elemento fundamental del motor analítico y su contribución al desarrollo de la informática temprana.