Las computadoras no experimentan la percepción del tiempo como lo hacen los humanos. Operan con mecanismos de sincronización internos conocidos como relojes del sistema, pero no se les puede confundir ni engañar haciéndoles pensar que es otro día. La información de fecha y hora procesada por las computadoras se basa en configuraciones programadas o definidas por el usuario. Cambiar la fecha y hora del sistema manualmente a través de la configuración no cambia la forma en que la computadora interpreta el paso del tiempo o su funcionamiento general.