Las computadoras pueden generar estrés al obligar a las personas a trabajar más rápido de lo que podrían hacerlo de otro modo. Por ejemplo, una persona que revisa constantemente su correo electrónico puede sentirse obligada a responder los mensajes de inmediato, incluso si no son urgentes. Esto puede provocar una sensación de urgencia y ansiedad, y puede dificultar la concentración en otras tareas.
Sobrecarga de información
Las computadoras también pueden generar estrés al proporcionar demasiada información a las personas. Por ejemplo, una persona que navega constantemente por Internet puede sentirse abrumada por la cantidad de información a la que está expuesta. Esto puede provocar sentimientos de ansiedad y confusión, y puede dificultar la toma de decisiones.
Falta de control
Las computadoras también pueden generar estrés al hacer que las personas sientan que no tienen el control. Por ejemplo, una persona que intenta utilizar un nuevo programa de software puede sentirse frustrada si no sabe cómo utilizarlo. Esto puede provocar sentimientos de ira e impotencia, y puede dificultar la sensación de productividad.
Aislamiento
Las computadoras también pueden generar estrés al aislar a las personas de los demás. Por ejemplo, una persona que trabaja desde casa puede no tener mucho contacto con otras personas. Esto puede provocar sentimientos de soledad y depresión, y puede dificultar el sentimiento de conexión con el mundo que los rodea.