1. Idoneidad funcional: Esto se refiere al grado en que la aplicación cumple con los requisitos funcionales específicos y las necesidades del usuario. Implica evaluar si la aplicación proporciona las características y capacidades necesarias para realizar las tareas previstas de manera eficiente y efectiva.
2. Fiabilidad y estabilidad: La confiabilidad de una aplicación mide la consistencia con la que realiza sus funciones sin errores, fallas o pérdida de datos. La estabilidad se refiere a la capacidad de la aplicación para soportar diversas condiciones operativas y cambios ambientales sin funcionar mal.
3. Escalabilidad y extensibilidad: La escalabilidad se refiere a la capacidad de una aplicación para manejar cargas de trabajo cada vez mayores y dar cabida a más usuarios sin afectar significativamente el rendimiento. La extensibilidad, por otro lado, se refiere a la facilidad con la que la aplicación puede modificarse, ampliarse o integrarse con otros sistemas para satisfacer requisitos cambiantes.
4. Seguridad y Privacidad: La seguridad de una aplicación implica medidas tomadas para proteger los datos, evitar el acceso no autorizado y garantizar la confidencialidad y la integridad. Las consideraciones de privacidad incluyen el manejo y la protección adecuados de los datos confidenciales del usuario.
5. Usabilidad y Experiencia de Usuario: La usabilidad se refiere a lo fácil que es para los usuarios aprender y utilizar la aplicación. Esto implica factores como el diseño intuitivo de la interfaz de usuario, la navegación clara, las funciones fáciles de usar y las consideraciones de accesibilidad.
6. Rendimiento y eficiencia: Este criterio evalúa la velocidad, la capacidad de respuesta y el consumo de recursos de la aplicación. Considera factores como el tiempo de procesamiento, el uso de memoria, los requisitos de ancho de banda de la red y la escalabilidad bajo diferentes condiciones de carga.
7. Compatibilidad: Esto se refiere a la capacidad de la aplicación para funcionar sin problemas con el hardware, los sistemas operativos y otras aplicaciones de software previstos. Pueden surgir problemas de compatibilidad debido a diferentes especificaciones técnicas, dependencias y configuraciones del sistema.
8. Soporte multiplataforma: Para las aplicaciones destinadas a ser utilizadas en múltiples plataformas (por ejemplo, Windows, macOS, Linux, dispositivos móviles), el soporte multiplataforma es esencial. Esto implica garantizar que la aplicación pueda ejecutarse de manera consistente en diferentes plataformas sin modificaciones importantes.
9. Documentación y soporte: La documentación adecuada y los recursos de soporte, como manuales de usuario, tutoriales, ayuda en línea y canales de soporte técnico, son cruciales para ayudar a los usuarios a comprender, solucionar problemas y utilizar eficazmente la aplicación.
10. Rentabilidad: Esta consideración implica evaluar el costo total de propiedad, incluidos factores como tarifas de licencia, costos de mantenimiento, requisitos de capacitación y posible retorno de la inversión.
Al evaluar estas medidas y comprender los requisitos específicos y el contexto del uso previsto, las organizaciones pueden tomar decisiones informadas sobre la idoneidad de una aplicación para uso informático.