1. Gestión de direcciones IP simplificadas: DHCP automatiza el proceso de asignación de direcciones IP a dispositivos en su red. En lugar de configurar manualmente cada dispositivo con una dirección IP única, los servidores DHCP manejan esta tarea, asegurando que no se produzcan conflictos. Esto es especialmente beneficioso en redes más grandes con numerosos dispositivos, ahorrar tiempo y esfuerzo para los administradores.
2. Configuración centralizada: DHCP le permite administrar centralmente la configuración de la red, como rangos de direcciones IP, máscaras de subred, puertas de enlace predeterminadas y direcciones del servidor DNS. Esto significa que puede actualizar fácilmente estas configuraciones para todos los dispositivos en su red desde un solo punto, asegurando la consistencia y la reducción de los errores de configuración.