He aquí por qué:
La autenticación del sistema abierto no requiere ninguna autenticación. Cualquier dispositivo puede conectarse a la red inalámbrica sin proporcionar una contraseña ni ninguna otra forma de identificación. Esto facilita que usuarios no autorizados accedan a la red y potencialmente roben datos o lancen ataques.
La autenticación secreta compartida requiere que los dispositivos compartan una clave secreta. Esta clave se utiliza para cifrar y descifrar datos transmitidos a través de la red. Sin la clave, los atacantes no pueden espiar ni modificar el tráfico de la red. Esto proporciona un nivel de seguridad mucho mayor que la autenticación de sistema abierto.
Por lo tanto, si bien WEP no es un protocolo de cifrado sólido, sigue siendo más seguro utilizar la autenticación secreta compartida que la autenticación de sistema abierto. Si está utilizando WEP, asegúrese de habilitar la autenticación secreta compartida para ayudar a proteger su red del acceso no autorizado.