* Encarcelamiento: En muchos países, poseer una botnet para uso malicioso se considera un delito grave y puede dar lugar a una importante pena de prisión. La duración de la sentencia dependerá de las circunstancias específicas del caso, incluida la cantidad de computadoras infectadas, el daño causado y la intención del atacante.
* Multas: Además del encarcelamiento, a las personas condenadas por poseer una botnet para uso malicioso también se les puede ordenar el pago de multas sustanciales. Estas multas pueden oscilar entre miles y millones de dólares, según la gravedad del delito.
* Restitución: Las víctimas de ataques de botnet también pueden tener derecho a una restitución por parte del propietario de la botnet. Esta restitución puede incluir una compensación por los daños causados por el ataque, como pérdida de productividad, pérdida de datos o violaciones de seguridad.
* Decomiso de bienes: En algunos casos, las autoridades pueden confiscar y decomisar activos que se utilizaron en relación con el funcionamiento de una botnet, como computadoras, servidores y otros equipos.
Además de estas sanciones legales, las personas que poseen botnets para uso malicioso también pueden enfrentar importantes daños a su reputación, ya que sus acciones pueden socavar la confianza del público en Internet y las tecnologías digitales.