Fiabilidad: Los identificadores de procesos (PID) pueden cambiar dinámicamente, lo que dificulta el establecimiento y mantenimiento de conexiones a largo plazo. Por el contrario, los puertos de protocolo suelen ser estáticos y permanecen consistentes entre reinicios o reinicios de procesos. Esta confiabilidad garantiza que los paquetes se puedan entregar de manera confiable al destino previsto sin riesgo de interrupción debido a cambios en los PID.
Flexibilidad: Al asociar servicios específicos con puertos conocidos, los puertos de protocolo simplifican enormemente la configuración de la red y permiten que diferentes aplicaciones coexistan en una sola máquina. Cada aplicación o servicio puede escuchar en su puerto predefinido y los clientes pueden conectarse fácilmente al servicio deseado especificando el número de puerto asignado.
Al aprovechar las asignaciones de puertos estándar definidas por los estándares de Internet (IANA), los administradores y desarrolladores de redes pueden configurar fácilmente firewalls, enrutadores y balanceadores de carga para filtrar y dirigir el tráfico de manera eficiente en función de los números de puertos.
En resumen, la principal ventaja de utilizar puertos de protocolo sobre identificadores de proceso para la especificación de destino es la mayor confiabilidad, flexibilidad y configuración de red estandarizada facilitada por el uso de puertos de protocolo estáticos y bien definidos.