2. Consulta tu plan de Internet. Asegúrese de tener un plan que proporcione suficiente ancho de banda para sus necesidades. Si no está seguro de cuál es su ancho de banda, puede comunicarse con su proveedor de servicios de Internet (ISP).
3. Utilice una conexión por cable en lugar de Wi-Fi. El Wi-Fi puede ser menos estable y confiable que una conexión por cable, especialmente si estás lejos de tu enrutador o si hay muchos otros dispositivos en tu red.
4. Mueva su enrutador a una ubicación central. Cuanto más cerca estén tus dispositivos de tu enrutador, más fuerte será tu señal.
5. Reduzca la cantidad de dispositivos conectados a su red. Cuantos más dispositivos estén conectados a su red, más ancho de banda utilizarán, lo que puede ralentizar su conexión.
6. Cierre los programas innecesarios. Cualquier programa que se esté ejecutando en segundo plano puede usar ancho de banda, incluso si no los estás usando activamente.
7. Actualice el firmware de su enrutador. Las actualizaciones de firmware pueden mejorar el rendimiento y la seguridad de su enrutador.
8. Póngase en contacto con su ISP. Si ha probado todos los pasos anteriores y aún experimenta velocidades de Internet lentas, es posible que deba comunicarse con su ISP. Es posible que puedan enviar un técnico a su casa para identificar y solucionar el problema.
9. Utilice un servicio DNS. Un servicio DNS puede ayudar a acelerar su conexión a Internet al resolver los nombres de dominio en direcciones IP más rápidamente.
10. Consiga un nuevo enrutador. Si su enrutador actual es antiguo o está desactualizado, es posible que no pueda satisfacer las demandas de su conexión a Internet.