Preparación de la empresa:
- La empresa decide salir a bolsa y nombra un banco de inversión o un asegurador para gestionar la IPO.
- Se auditan los registros financieros y las operaciones de la empresa y se elaboran diversos documentos legales y financieros.
Etapa previa a la IPO:
- El banco de inversión lleva a cabo la debida diligencia sobre la empresa y evalúa su salud financiera, potencial de crecimiento y preparación para el mercado.
- La empresa trabaja en la comercialización de su negocio ante posibles inversores y compradores institucionales.
Presentación ante los reguladores:
- La empresa presenta una declaración de registro ante la Comisión de Bolsa y Valores (SEC) de los Estados Unidos o el organismo regulador correspondiente en otros países.
- La declaración de registro incluye información detallada sobre las finanzas, las operaciones, la gestión y los términos de la oferta pública inicial de la empresa.
Visita itinerante:
- La compañía emprende un roadshow para reunirse con potenciales inversores y analistas para presentar su plan de negocio y estrategia de crecimiento.
- Durante el roadshow, la empresa brinda información y responde preguntas sobre su desempeño financiero, oportunidades de mercado y perspectivas de futuro.
Precio de la IPO:
- El banco de inversión determina el precio de la IPO en función de factores como la valoración de la empresa, la demanda del mercado y el interés de los inversores.
- La sociedad fija el precio final de la oferta y el número de acciones a emitir durante esta fase.
Lanzamiento de la IPO:
- Las acciones de la empresa cotizan en una bolsa de valores y comienza la negociación.
- La empresa obtiene capital mediante la venta de acciones a inversores públicos y sus acciones comienzan a cotizar con un símbolo de cotización elegido.
Período posterior a la IPO:
- Después de la IPO, la empresa entra en el período posterior a la IPO en el que continúa informando sus resultados financieros y comunicándose con los inversores.
- El cumplimiento de los requisitos reglamentarios y de presentación de informes continuos es necesario para mantener su condición de empresa pública.
El ciclo de IPO puede durar varios meses o incluso más de un año, ya que el proceso implica una preparación rigurosa, aprobaciones regulatorias y marketing para los inversores. Es un proceso complejo que requiere coordinación entre la empresa, bancos de inversión, abogados, auditores y organismos reguladores.