Suplantación de IP:
La suplantación de IP es el método más común utilizado para falsificar una dirección IP. Implica modificar la dirección IP de origen en un paquete para que parezca como si el paquete se originara en un host diferente. Los atacantes utilizan la suplantación de IP para eludir las medidas de seguridad, lanzar ataques de denegación de servicio o hacerse pasar por usuarios legítimos.
Envenenamiento de la caché ARP:
El envenenamiento de caché ARP (Protocolo de resolución de direcciones) es otra técnica utilizada para falsificar direcciones IP. Implica enviar paquetes ARP maliciosos a un host de destino, lo que hace que asocie la dirección MAC de un atacante con la dirección IP de otro host. Esto permite al atacante interceptar o modificar el tráfico destinado a la dirección IP falsificada.
Fragmentación de IP:
La fragmentación de IP se puede utilizar para evitar filtros de direcciones IP o firewalls. Al dividir un paquete en varios fragmentos y configurar los campos del encabezado IP de manera adecuada, los atacantes pueden hacer que los fragmentos parezcan provenir de una dirección IP diferente. Esta técnica se puede combinar con la suplantación de IP para ataques más sofisticados.
Servidores proxy:
Los servidores proxy se pueden utilizar para ocultar la dirección IP real de un cliente actuando como intermediario entre el cliente y el servidor de destino. El servidor proxy puede modificar la dirección IP de origen de las solicitudes del cliente, haciendo que parezca que las solicitudes provienen de la dirección IP del servidor proxy.
Redes privadas virtuales (VPN):
Las VPN se pueden utilizar para crear un túnel seguro entre dos redes, lo que permite a los usuarios transmitir datos de forma segura a través de una red pública. Sin embargo, los atacantes pueden aprovechar las vulnerabilidades de las VPN para falsificar direcciones IP inyectando paquetes maliciosos en el túnel VPN o comprometiendo un servidor VPN.
Detectar y mitigar la falsificación de direcciones IP puede ser un desafío, ya que a menudo requiere técnicas y análisis de red sofisticados. Para protegerse contra la falsificación de direcciones IP, las organizaciones pueden implementar mecanismos de autenticación sólidos, monitorear el tráfico de la red en busca de actividades sospechosas y utilizar sistemas de prevención y detección de intrusiones (IDS/IPS).