Cuando un usuario intenta iniciar sesión en un sistema, se le solicita que ingrese su contraseña. Luego, el sistema compara la contraseña ingresada con la contraseña almacenada para ese usuario. Si las contraseñas coinciden, el usuario se autentica y se le concede acceso.
Las contraseñas se utilizan con fines de seguridad para proteger la información confidencial del acceso no autorizado. Deben ser fuertes y únicos para que sean efectivos en la protección contra el descifrado de contraseñas y otros ataques de seguridad.