La holocubierta es un espacio grande y abierto rodeado de pantallas. Las pantallas muestran imágenes de un entorno virtual que se puede cambiar en tiempo real. Esto permite a los científicos crear cualquier tipo de entorno que deseen, como un bosque, una ciudad o incluso un laberinto.
Los ratones se colocan en la holocubierta y se les permite explorar. A medida que se mueven, su actividad cerebral se registra mediante electroencefalografía (EEG). El EEG mide la actividad eléctrica del cerebro y puede usarse para rastrear cómo se activan diferentes partes del cerebro cuando los ratones realizan diferentes tareas.
Los científicos han descubierto que los ratones utilizan diferentes partes de su cerebro para crear y actualizar sus mapas mentales. Cuando los ratones se colocan por primera vez en la holocubierta, utilizan el "hipocampo" para crear un mapa básico de su entorno. El hipocampo es una parte del cerebro que participa en la memoria y la navegación espacial.
Mientras los ratones exploran la holocubierta, actualizan sus mapas mentales utilizando la "corteza prefrontal". La corteza prefrontal es una parte del cerebro que participa en la toma de decisiones y la planificación. Los ratones utilizan la corteza prefrontal para decidir adónde ir a continuación y evitar obstáculos.
Los científicos creen que la holocubierta podría usarse para estudiar una variedad de trastornos cerebrales que afectan la navegación espacial, como la enfermedad de Alzheimer y la esquizofrenia. La holocubierta también podría utilizarse para desarrollar nuevos tratamientos para estos trastornos.
La holocubierta estilo Star Trek es una poderosa herramienta que está ayudando a los científicos a comprender cómo el cerebro produce mapas mentales. Esta investigación podría conducir a nuevos tratamientos para los trastornos cerebrales que afectan la navegación espacial.