Las razones por las que las personas están dispuestas a arriesgar su vida por una selfie se pueden atribuir a una combinación de factores psicológicos, sociales y tecnológicos:
1. Validación de redes sociales: En la era de las redes sociales, las personas suelen estar impulsadas por el deseo de validación y aprobación social. Publicar una selfie única o atrevida puede generar atención, me gusta y comentarios, creando una sensación de validación y autoestima positiva.
2. Comportamiento de búsqueda de emociones: Algunas personas participan en actividades peligrosas por la emoción y el entusiasmo que les proporciona. Tomarse una selfie en una situación peligrosa puede proporcionar una descarga de adrenalina, ofreciendo una gratificación emocional temporal y una sensación de logro.
3. Presión de grupo: En entornos grupales, puede haber presión de grupo para involucrarse en conductas riesgosas. Los amigos o compañeros pueden animarse unos a otros a tomarse selfies peligrosas, creando una dinámica social que ignora las posibles consecuencias.
4. Falta de evaluación de riesgos: En el calor del momento, es posible que las personas no evalúen completamente los riesgos que implica tomarse una selfie en particular. Pueden subestimar los peligros potenciales, ya sea por impulsividad o por una falsa sensación de confianza en sus capacidades.
5. Deseo de singularidad: En una era en la que todo el mundo está armado con un teléfono con cámara, existe el deseo de destacar y capturar momentos únicos. Esta búsqueda de distinción puede llevar a las personas a correr riesgos extraordinarios para crear contenido visualmente atractivo.
6. Influencia de las celebridades y las tendencias de las redes sociales: Las celebridades y las personas influyentes en las redes sociales a menudo realizan acrobacias peligrosas o visitan lugares peligrosos, lo que contribuye a la normalización de tales comportamientos. Los fanáticos pueden inspirarse en estos individuos, lo que lleva a comportamientos imitadores y selfies arriesgados.
7. Facilitadores tecnológicos: Los avances en las cámaras de los teléfonos inteligentes y los palos para selfies han facilitado que las personas capturen momentos precarios. Estas herramientas tecnológicas facilitan la posibilidad de tomar selfies en entornos remotos, elevados o desafiantes.
8. Conciencia de riesgo limitado: Algunas ubicaciones pueden tener peligros inherentes que no son evidentes de inmediato. La falta de señales de advertencia adecuadas o de conocimiento previo sobre los peligros potenciales puede contribuir a una subestimación de los riesgos.
9. Factores culturales: En determinadas culturas, correr riesgos y demostrar valentía son rasgos muy valorados. Este trasfondo cultural puede influir en las personas para que adopten comportamientos peligrosos para mostrar valentía o impresionar a sus compañeros.
10. Problemas de salud mental: En algunos casos, las personas que se toman selfies que desafían a la muerte pueden estar luchando contra problemas de salud mental, como depresión, ansiedad o tendencias narcisistas. Estas condiciones pueden afectar el juicio y aumentar la probabilidad de comportamientos riesgosos.
Para prevenir muertes por incidentes de selfies, es fundamental que las personas prioricen su seguridad y tomen decisiones responsables. La seguridad siempre debe anteponerse a capturar la toma perfecta. Las plataformas de redes sociales también pueden desempeñar un papel al señalar o eliminar contenido potencialmente peligroso y promover la concienciación sobre la seguridad. Al reconocer los diversos factores que impulsan este comportamiento, los individuos y la sociedad pueden trabajar juntos para minimizar el riesgo de muertes relacionadas con las selfies.