1. Recupere los AirPods lo antes posible: El tiempo es esencial, así que saca tus AirPods de la lavadora lo antes posible para minimizar los daños causados por el agua.
2. Apaga los AirPods: Apague inmediatamente ambos AirPods manteniendo presionado el botón de configuración en el estuche de carga durante varios segundos. Esto evita el flujo de electricidad y reduce el riesgo de daños mayores.
3. Elimine suavemente el exceso de agua: Utilice un paño suave y sin pelusa para secar con cuidado los AirPods, eliminando el agua visible sin aplicar presión excesiva.
4. Coloque los AirPods en un ambiente seco: Déjelos en un lugar seco con amplia circulación de aire, pero evite el uso de fuentes de calor externas como un secador de pelo o un microondas, ya que pueden dañar los componentes delicados.
5. Déjalos secar completamente: Deje que los AirPods duren varias horas (o incluso toda la noche) para asegurarse de que estén completamente secos antes de intentar encenderlos. La humedad puede causar daños internos y mal funcionamiento.
6. Revise el estuche de carga: Si el estuche de carga también pasó por el lavado, siga los mismos pasos para secarlo completamente, asegurándose de que no quede agua.
7. Espere un período de secado suficiente: Abstente de usar los AirPods hasta que estés seguro de que estén completamente secos para evitar posibles daños causados por la humedad residual.
8. Prueba los AirPods: Una vez que estés seguro de que están completamente secos, coloca los AirPods en el estuche de carga y ciérralo. Déjalos durante unos minutos y luego intenta conectarlos a tu dispositivo para comprobar si funcionan correctamente.
Si los AirPods aún no funcionan o le preocupan posibles daños, se recomienda consultar con un proveedor de servicios autorizado por Apple para obtener asistencia profesional.