Microsoft no compró Minecraft porque se vio obligado a hacerlo. Adquirieron Mojang Studios, el desarrollador de Minecraft, por 2.500 millones de dólares en 2014 porque vieron el potencial del juego y creyeron que sería una valiosa incorporación a su cartera. Fue decisión e inversión estratégica de Microsoft incursionar en la industria del juego y asegurarse los derechos de uno de los videojuegos más populares a nivel mundial.