1. Verifique el nivel de batería del controlador
- Asegúrese de que las baterías del controlador tengan suficiente carga. Intente utilizar un juego diferente de baterías para descartar cualquier problema relacionado con las baterías.
2. Verifique la conexión del controlador
- Si estás usando un controlador inalámbrico, verifica que esté emparejado correctamente con tu consola. Apague y encienda el controlador mientras mantiene presionado el botón Xbox hasta que se vuelva a conectar.
- Si estás usando un controlador con cable, asegúrate de que el cable esté bien conectado tanto al controlador como a la consola. Intente utilizar un cable diferente si es posible.
3. Actualice el firmware del controlador
- Conecte su controlador a su consola Xbox usando un cable USB.
- Presiona el botón Xbox para encender tu consola.
- Mantenga presionado el botón Menú en el controlador durante unos segundos hasta que el botón Xbox comience a parpadear.
- El firmware del controlador comenzará a actualizarse automáticamente. Espere hasta que se complete la actualización.
4. Restablecer el controlador
- Mientras el controlador está encendido, mantén presionados el botón Xbox y el botón Menú simultáneamente durante 5 segundos.
- El controlador se apagará. Presiona el botón Xbox para volver a encenderlo.
5. Póngase en contacto con el soporte técnico de Xbox
- Si ninguno de los pasos anteriores resuelve el problema, comuníquese con el Soporte técnico de Xbox para obtener más ayuda. Pueden proporcionar pasos adicionales para la solución de problemas u organizar una reparación o reemplazo si es necesario.