1. Adjuntos de correo electrónico: Los correos electrónicos maliciosos pueden incluir archivos adjuntos que contengan el troyano. Cuando los usuarios abren o ejecutan los archivos adjuntos, el troyano puede instalarse.
2. Descargas de software: Los troyanos pueden estar disfrazados de software o instaladores de aplicaciones aparentemente legítimos descargados de fuentes no verificadas.
3. Sitios web maliciosos: Visitar sitios web que han sido comprometidos o que contienen código malicioso puede provocar descargas no autorizadas de troyanos. Estos sitios web pueden explotar las vulnerabilidades del navegador o utilizar tácticas de ingeniería social para engañar a los usuarios para que hagan clic en enlaces maliciosos.
4. Redes punto a punto (P2P): Compartir archivos a través de redes P2P a menudo conlleva el riesgo de descargar software pirateado o descifrado que puede contener troyanos.
5. Dispositivos USB: Infectar unidades USB con código malicioso es un método común para propagar troyanos. Cuando los usuarios conectan una unidad USB infectada a su computadora, el troyano puede ejecutarse o copiarse automáticamente en el sistema.
6. Ataques del protocolo de escritorio remoto (RDP): Los atacantes pueden aprovechar las configuraciones débiles o predeterminadas del Protocolo de escritorio remoto (RDP) para obtener acceso no autorizado a una computadora e instalar troyanos u otro malware.
7. Ingeniería Social: Los troyanos también pueden propagarse mediante tácticas de ingeniería social, como correos electrónicos de phishing que engañan a los destinatarios para que hagan clic en enlaces maliciosos o abran archivos adjuntos maliciosos.
Es importante tener precaución al interactuar con correos electrónicos, descargas y sitios web para mitigar los riesgos de infecciones troyanos. El uso de una solución de seguridad sólida y actualizada, que incluya programas antimalware y firewall, puede ayudar a detectar y bloquear los intentos de troyanos de infiltrarse en el sistema. Las actualizaciones periódicas de software y los parches de seguridad reducen aún más la probabilidad de que el troyano se instale correctamente.