Los virus pueden comprometer y robar información confidencial, como credenciales de inicio de sesión, números de tarjetas de crédito e información de identificación personal (PII), al atacar software vulnerable o acceder a datos de usuarios desde dispositivos infectados. Esto puede provocar robo de identidad, fraude financiero y otros problemas de privacidad.
2. Cifrado y ransomware:
Algunos virus, en particular el ransomware, pueden cifrar archivos en computadoras infectadas, haciéndolos inaccesibles para los usuarios. Luego, el virus exige el pago de un rescate a cambio de descifrar los archivos. Si no se paga el rescate, los archivos pueden permanecer cifrados o eliminarse permanentemente, lo que provoca una pérdida importante de datos y posibles daños financieros.
3. Corrupción de archivos y datos:
Los virus pueden dañar archivos y datos almacenados en computadoras infectadas, dejándolos inutilizables o ilegibles. Esto puede provocar la pérdida de documentos, imágenes corruptas, archivos de audio o vídeo dañados y una interrupción general del funcionamiento de la computadora.
4. Desactivación de sistemas de seguridad:
Ciertos virus pueden atacar y desactivar los sistemas de seguridad, incluido el software antivirus, los cortafuegos y otras medidas de protección. Esto deja a las computadoras infectadas vulnerables a nuevos ataques, infecciones de malware y acceso no autorizado.
5. Explotación de vulnerabilidades del sistema:
Los virus pueden aprovechar vulnerabilidades en sistemas operativos, aplicaciones de software e incluso componentes de hardware para obtener acceso no autorizado, elevar privilegios y comprometer la seguridad de un sistema informático.
6. Difusión a otras computadoras:
Los virus pueden propagarse rápidamente dentro de una red, infectar varias computadoras y causar interrupciones generalizadas. Esto puede resultar especialmente problemático en redes corporativas o entornos Wi-Fi públicos.
7. Ataques de denegación de servicio:
Algunos virus pueden realizar ataques de denegación de servicio (DoS), inundar servidores con tráfico o explotar vulnerabilidades para saturar e interrumpir servicios en línea, sitios web o conexiones de red.
8. Problemas de rendimiento y fallos del sistema:
Los virus pueden afectar el rendimiento de las computadoras infectadas, provocando que funcionen lentamente, se congelen o incluso fallen inesperadamente. Esto puede provocar una pérdida de productividad y posibles daños a los componentes del hardware.
9. Creación de botnets:
Los virus se pueden utilizar para crear botnets, que son redes de computadoras comprometidas controladas remotamente por atacantes. Las botnets se pueden utilizar para diversas actividades maliciosas, como lanzar ataques DDoS, enviar correos electrónicos no deseados o robar datos personales.
10. Manipulación de datos:
Ciertos virus pueden manipular los datos mostrados en las computadoras infectadas, alterando o distorsionando la información presentada a los usuarios. Esto puede utilizarse con fines fraudulentos o para engañar a los usuarios para que realicen acciones específicas.
En general, los virus pueden limitar el uso de las computadoras al comprometer los datos, alterar la funcionalidad del sistema, desactivar las medidas de seguridad y facilitar diversos tipos de ataques cibernéticos. Las prácticas eficaces de ciberseguridad, incluido el uso de software de seguridad actualizado, actualizaciones periódicas del sistema y un comportamiento cauteloso en línea, pueden ayudar a proteger contra infecciones virales y mitigar su impacto en los sistemas informáticos.