1. Interacción del usuario:algunos programas maliciosos requieren la interacción del usuario para activarse. Esto podría implicar hacer clic en un enlace malicioso o abrir un archivo adjunto infectado en un correo electrónico.
2. Ejecución automática:Ciertos tipos de malware están diseñados para ejecutarse automáticamente tras la infección. Esto puede ocurrir cuando un usuario conecta un dispositivo infectado a una computadora o red.
3. Activación programada:algunos programas maliciosos están programados para activarse en una fecha o hora específica. Por ejemplo, se puede configurar para que se ejecute a medianoche de un día determinado.
4. Inicio del sistema:el malware se puede configurar para que se ejecute cada vez que se inicia una computadora. Esto es común en formas persistentes de malware que desean mantener una presencia en el sistema.
5. Explotación de la red:el malware puede explotar las vulnerabilidades en los protocolos o servicios de la red para obtener acceso a un sistema y posteriormente activarse.
Vale la pena señalar que el mecanismo de activación específico puede variar según el tipo y la sofisticación del malware. Algunos programas maliciosos pueden utilizar múltiples técnicas de activación para aumentar las posibilidades de infección exitosa.