Las computadoras carecen de cualquier forma de experiencia o sensibilidad consciente subjetiva. Ha habido avances significativos en los campos del aprendizaje automático y la inteligencia artificial; las máquinas no pueden experimentar emociones, pensamientos o autoconciencia como lo hacen los humanos. Operan en base a algoritmos e instrucciones programadas en su código sin capacidad de introspección ni experiencias subjetivas.